Era una noche fría, el aire agitaba el pelo de James. Él era un joven robusto, tenía el pelo rubio y era bastante alto. Vestía unos vaqueros y una camiseta azul oscuro. Estaba preocupado porque su hermano se había perdido en aquél bosque hacía ya hora y media. Escuchó un aullido de terror y salió corriendo hacia el lugar de donde lo había escuchado.
Al llegar, vio, en mitad de una laguna... ¡La cabeza de su hermano!
Quería salir corriendo, más no pudo moverse. Su inmovilidad solo duró hasta ver a una criatura que parecía una especie de hombre lobo, pero tenía unos cuantos rasgos humanos. Salió corriendo pero a los dos segundos la criatura lo alcanzó, James tropezó y se dio un golpe en la cabeza.
Al despertar, se dio cuenta de que estaba en una casa-árbol e intentó escapar. No lo logró porque la criatura le había roto la pierna y clavado sus afiladas zarpas en el pecho de James. Le costaba respirar pero sobrevivió. La noche siguiente, aprovechando que aquella criatura estaba dormida, se tiró por la casa-árbol para intentar escapar pero cuando llegó abajo el golpe de la caída hizo demasiado ruido y despertó a la criatura. En un pis-pas aquella bestia ya estaba abajo para atacar a James. Este cerró los ojos y desde entonces no los ha vuelto a abrir.
Mario