Hacía mucho calor, en Villamora, no había alcantarillas, asi que cuando llovía los hormigueros se inundaban. La única de las hormigas que sabía escribir, esribió una carta a un niño, y escribió: - ¡Ayúdanos! El chico pensó y pensó, y dijo: -Haré unos agujeros alrededor de vuestro hormiguero y el agua no os inundará.
RAFA
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